La disfunción olfativa (es decir, la pérdida del sentido del olfato) es cada vez más reconocida como un problema de salud significativo. Las investigaciones sugieren una fuerte asociación entre el deterioro del sentido del olfato y varios problemas de salud, incluidos el aumento de la mortalidad, la inflamación sistémica y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.